Podéis leer esta carta también en su versión en catalán.
Soy un creyente crítico. Hoy escribo excepcionalmente en castellano para que se me entienda desde Madrid. He escrito algunos libros sobre Jesús el Nazareno. Como miembro de “Cristianisme al segle XXI” he hablado de 13 TV a su Emcia Rvdma. Cardenal Omella. No soy ningún fan de la llamada “tele de los obispos”. Alguna vez, antes de acostarme, conecto la tertulia de “El Cascabel”. Para un catalán resulta siempre dolorosa. La mayoría de tertulianos — Carlos Cuesta, Cristina López, José Luis Pérez, Juan Iranzo, Jaime González, Carmelo Encinas, Miguel Ángel Rodríguez, Montse Suárez, Eva Llarandi, Ricado Martín, Edurne Uriarte …— vierten menosprecio y odio hacia Cataluña. Y lo peor de ello: ni siquera se dan cuenta que ofenden. La pluralidad del programa, por otra parte, deja mucho que desear, porque nunca hay “la otra parte” del conflicto: nunca es invitado ningún creyente catalanista, como sería lo aconsejable. Ser catalanista ni es pecado ni es ilegal. Ni siquiera ser independentista. Vaya ello por delante.
El cardenal Omella me dijo una vez que los obispos no miraban el programa porque se emitía muy tarde. En su 111ª Asamblea la CEE (Conferencia Episcopal Española) se reunió los pasados 16-20 de abril. No vi en el programa ofrecido a la prensa ningún espacio (¿quizás el económico?) que afrontara los contenidos de ese medio público. Pido a algún miembro del Comité ejecutivo de la CEE que, por favor, revise la tertulia del pasado día 18 de abril, cuando los tertulianos se ensañaron contra el señor Cristóbal Montoro por haber manifestado que ni un euro público había ido a parar al proceso catalán. Hubo acritud, resentimiento, animadversión, despecho, hostilidad, rencor ante el ministro. Y todo ello rezumaba malevolencia frente a cualquier catalán. La verdad no interesaba en absoluto. Un manifiesto mal ejemplo en una cadena eclesial que debería ser ejemplar además de plural. Lo que interesaba no era la verdad, sino que, con sus palabras, el ministro ponía en duda una de las acusaciones de los jueces contra los presos políticos catalanes deshaciendo como un bolado sus acusaciones y sus inquisitorias. Temían los tertulianos que, como ha sucedido en algunos tribunales europeos, saltara la vista que el proceso independentista había sido llevado desde el pacifismo y la no-violencia, como así fue. Temían que nunca verían llegar a Barajas, esposado entre dos policías, al M. H. President Puigdemont, su enemigo público número uno, antes de ser juzgado. Hasta este momento, algunos católicos echábamos en falta que dicha tertulia nunca se hubiera referido al posicionamiento prenavideño del Papa Francisco contra la prisión provisional, habida cuenta que algunos líderes sociales catalanes llevan ya más de medio año sin juicio, apartados de sus hijos pequeños. Pero lo del 18 de abril fue delirante. Pido humildemente a los obispos que lo revisen y se pronuncien comprometidamente sobre ello.
Se lo pido por favor a los miembros del comité ejecutivo de la CEE: al Presidente, su Emcia. Rvdma. Cardenal Ricardo Blázquez Pérez, arzobispo de Valladolid des del 2014; a su Emcia. Rvdma. Cardenal Antonio Cañizares, arzobispo de Valencia des de 2014, al Secretario, José M. Gil Tamayo; al miembro nato su Emcia. Rvdma. Cardenal Carlos Osoro Sierra, arzobispo de Madrid des del 2014; a los miembros electos su Emcia. Rvdma. Cardenal Juan José Omella, arzobispo de Barcelona; a su Excia. Rvdma, Vicente Jiménez Zamora, arzobispo de Zaragoza; a su Excia. Rvdma. Jesús Sanz Montes, arzobispo de Oviedo, un hombre relativamente joven (63 años).
Los tertulianos de aquella noche sabían más que el ministro Montoro, que lleva desde setiembre interviniendo las cuentas de la Generalitat catalana, y no les importaba dejar en tela de juicio y poner en duda el trabajo de funcionarios e interventores. “Seguro que se gastó dinero público con las urnas, las papeletas y los testigos internacionales”, clamaban sin demostración alguna. No sólo demostraban una inquina dolosa, sino una falta de información culpable, porque existen libros en que se explica y prueba quién subvencionó las urnas fabricadas en China y cómo llegaron a Cataluña. Y quien sufragó los gastos de los observadores internacionales. Fiaban su “saber” en informes de corte y pega de la Guardia Civil, capaz de llevar ante el juez, como se puede probar, hechos acaecidos en el pueblo de Sant Esteve de les Roures, inexistente en Cataluña. Ellos repiten que vieron a Jordi Cuixart i Jordi Sànchez encima de un jeep de la Guardia Civil estacionado frente a la conselleria de Economía el 20-IX-2017, pero olvidan añadir tres cosas: una, los primeros en subirse a él fueron los periodistas para captar buenas fotos; dos, había armas largas en los jeeps i nadie las tocó; tres, hay testimonios que han declarado que los Jordis subieron al jeep a instancias de la Guardia Civil para que su mensaje de disolver la manifestación difundido por el megáfono fuera más oíble. ¿No sería lo mínimo urgir al menos que los tertulianos contrastaran sus informaciones? Ellos saben, al parecer, más que nadie, el ministro Montoro incluido. ¿Tan obturadas tienen sus mentes los señores tertulianos que no pueden pensar que, del mismo modo que alguien sufragó el coste de las urnas y los impresores de media Cataluña se cansaron de imprimir papeletas, que unas cuantas familias catalanas podían sufragar los gastos del referéndum? ¿Les digo una lista de cantantes i actores que sufragaron años ha el PCE? Me pongo de la parte del diablo: ¿No deberían investigar, como mínimo, si había intereses empresariales en el proceso catalán (que los había) y quiénes pudieron sufragarlo?
Señores obispos: sin un catalán que contrapese el contenido de estas tertulias, siempre tendrán sesgada la visión de lo que pasa en Cataluña. Pueden subsanar las cosas pero no quieren. I miren, sin intereses creados ni partidas tomadas, sería muy fácil dar un testimonio evangélico, no ya de lo que ocurre en Catalunya —desde la Iglesia, ¿no se debería hablar de la no-violencia y de la desobediencia civil que tantos ordenamientos injustos han cambiado en nuestra historia empezando por Jesús el Nazareno?— sino de lo que ocurre al lado mismo del Presidente Puigdemont. Todo el mundo ha visto un hombre de cabello blanco, que lo acompañó en Bruselas, sufragó su estancia, y lo sigue acompañando en Alemania. Se trata de un empresario, Josep M. Matamala, conocido afectuosamente por “Jami”, que le demuestra una amistad a prueba de todo, incluso de abandonar la dirección de sus empresas.
Claro que, para los tertulianos de “El cascabel” valores como los de la amistad, afecto, benevolencia, camaradería, estima, lealtad, fidelidad, perseverancia, devoción… no deben ser valores evangélicos. Prefieren sembrar el odio, la hostilidad, la ofensa, la ignominia y la calumnia.
¡Y Vds. que se lo permiten!¡Que Dios se lo tenga en cuenta!
Sr. Lluis Busquets: No tenia el gust de coneixer-lo. L’he descobert en aquesta carta adressada a 13Tv. El felicito pel seu encert en tot el que diu. Penso com vostè. Buscare i llegire els seus llibres. Tan de bo el puguem veure a 13Tv .
Molt agrait Sr. Busquets per dir les veritats i denunciar l’escandol d’aquesta cadena 13tv que fen programas com el cascabel sont la vergonya d’una cadena de radio que teoricament esta per portar la paraule de Deu a tothom i son absolutament repugnants espero que li faixin cas pero u dubto molt. Gracias de nou valent i honest.
El odio no es una seta que nace en el campo, sino mas se genera con la mentira y la manipulcion interesada de la realidad, con segtarismo e ideologia excluyente es lo que viene haciendo 13 tv dirigida por la derechona rancia y casposa.
El que no puc entendre és que la Conferència Episcopal Española no surti d’aquesta cadena! És un escàndol per a creients i gent de seny.
Llegir els seus comentaris suavitzen les fiblades que ens llencen aquesta gent. Gràcies
Convé denunciar tot el que vulgui amagar la veritat i mostrar que atiat l’odi contra el col·lectiu que sigui, català o altre, és servir al Mal i no al Bé. Gràcies per posar en paraules tan ben escollides la realitat que vol imposar unes determinades persones que es deixen influenciar pel discurs manipulador i anti democràtic d’alguns polítics del estat espanyol i de corrents mediàtiques completament venudes a aquestes consignes directament originades per ells.