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Muchas gracias Presidente. Buenas tardes y buenas tardes a todos los miembros del tribunal. Yo les anuncio que mi intervención será bastante corta. Hablar tras las numerosas intervenciones que me han precedido tiene el inconveniente tiene el inconveniente de que algunas de las cosas que yo podría decir ya se han dicho y no voy a reiterarlas, pero tiene de bueno que podré ser más breve.

Yo participo de la idea, compartida por muchísima gente, que este juicio es el resultado de un fracaso de la política. Que una cuestión que tiene el origen en una base de naturaleza claramente política se haya convertido en un proceso penal es un fracaso colectivo si creemos que la función de la política es escuchar a la gente y propones soluciones. Trasladar los temas políticos a los tribunales hace un flaco favor a la política y seguro que en nada ayuda a la justicia. Yo creo en la política y creo en la justicia porque ambos son elementos esenciales para fortalecer una sociedad democrática. Así lo he entendido siempre y así lo he practicado, ya sea ejerciendo como abogado o desempeñando la función de conceller de Justicia, respetando siempre el papel que tiene cada uno de los poderes.

Estoy seguro que estamos a tiempo de buscar caminos que no acerquen a las soluciones. Enrocar las posiciones o conducir los temas a callejones sin salida es, siempre, a mi entender, un camino equivocado. Y es mi deseo que el resultado de la sentencia que tiene que dictar este tribunal también contribuya a ello. Estoy convencido de que nunca es tarde para las soluciones. Mi más sincero deseo es que ante una realidad social que reclama soluciones dialogadas y pactadas todo el mundo sepa estar a la altura del momento.

Quiero acabar con un sincero agradecimiento a todas las personas que en Cataluña y también aquí en Madrid y en muchos sitios de España nos expresan su afecto y su solidaridad ante la dura situación personal con una petición, en mi caso, de siete años de cárcel. En todo esto sufran tanto o más que nosotros mismos nuestros padres mayores, nuestros hijos, nuestras parejas, nuestros amigos, nuestros vecinos… Por ello, de corazón, les doy las gracias a todos ellos.

Y mis últimas palabras en este juicio son para expresar el deseo, estoy seguro que compartido por millones de personas, sean cuales sean sus ideas, que quieren que los nueve compañeros y compañeras que hoy están todavía en la cárcel puedan salir en libertad, puedan regresar a su casa y puedan abrazar a su familia. Sin duda sería la mejor noticia para ellos y sería la mejor noticia para todos.
Muchísimas gracias

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