Onze de Setembre del 2016 a Tarragona

image_pdfimage_print

Aquest 11 de setembre la ciutat de Tarragona no ha projectat la imatge provinciana i espanyolista reiteradament divulgada per l’aparell d’agitació i propaganda que duu per malnom “Diari(o) (Español) de Tarragona”. Tampoc ha estat un bon dia pels gregaris locals del PP capficat a denunciar la discriminació que ve de Barcelunya.

Ha estat, la d’enguany, la manifestació independentista viscuda a la Tarragona contemporània. Però ha estat un èxit per la gernació que ha vingut sobretot de les Terres de l’Ebre i les comarques del Camp de Tarragona, la Conca de Barberà i el Baix Penedès. La contribució estrictament local ha estat més nombrosa que mai, però està molt lluny del nivell assolit a ciutats de població similar. Els partits espanyolistes (PP, PSC, Ciudadanos i Podemos) són majoritaris respecte del PDC, ERC i CUP, que no tenen res a oferir més que pur sucursalisme. La participació dels barris majoritàriament castellano-parlants és baixa, on tot i no haver-hi una animadversió contra la catalanitat, hi ha expectativa.

La postura de l’amiga Lourdes Sepúlveda Rodríquez que avui ha fet el parlament a l’ofrena matinal al Catllar és excepcional:

Publicitat

“No vengo a dar una lección de historia, ni a hablar de raíces, ni antepasados, como muchos de vosotros sabéis yo soy andaluza, Quizás no sienta de la misma manera que los catalanes la emoción y el orgullo de una tierra y una cultura por la que siempre habéis luchado y a la que nunca habéis traicionado.

Hoy vengo a dar una visión distinta de la celebración de hoy. Una visión de alguien que humildemente llegó aquí hace once años y para quien, igual que para muchos venidos de fuera han tenido la oportunidad de trabajar, de compartir y de amar a Catalunya… muchos piensan que hoy se celebra un día de derrota, para algunos es un día triste y alegre a la vez, para otros es un sinsentido y para el resto solo es un día festivo.

Pero para mí hoy es un día para recordar la valentía, un día para recordarnos que la imposición , el abuso de poder, y la represión han sido incapaces de matar más de trescientos años después, la dignidad y la libertad de un pueblo que quiere decidir legítima, democrática y pacíficamente su propio futuro.

Creo que eso es algo que Catalunya se ha ganado por derecho, por derecho histórico y por derecho democrático. Hoy ha llegado nuevamente el día de la batalla, la batalla valiente y justa que otros defendieron dando sus vidas por ello. Hoy ha llegado el día de defender la igualdad, de defender la libertad.”

Hi ha més dones i homes com ella en aqueixa comarca, cal, però, anar-los a buscar.

Per altra banda no vaig veure ni rastre de la nombrosa comunitat musulmana que habita en aqueixes comarques a diferència del que va passar a Constantí fa set anys amb motiu de la consulta local sobre la independència. El control cada cop més intens i sectari dels responsables comunitaris barra el pas als intents d’integració espontània en entitats i iniciatives locals abonant el terreny per conflictes futurs entre poble català i la umma.

Paral·lelament, ahir 13 de setembre, el bon amic Luis Martínez Garate, va publicar a Narralde aqueixa visió personal de la Diada d’enguany titulada “In! Inde! Independència !:

“Con la de 2016, desde 2012 se han cumplido cinco ‘diadas’ en las que el pueblo catalán ha manifestado ante todo el mundo su voluntad de constituirse como Estado, como sujeto político en el mundo; en un mundo “hecho de naciones”, que diría Joan Francesc Mira, pero también, y sobre todo en los tiempos actuales, “hecho de estados”. Si no eres un Estado, no existes.

El salto cualitativo que supuso la Diada de 2012, que se preveía como una simple reivindicación autonomista tendente, tal vez, a pedir un ‘concierto/convenio’ económico con el Estado español y pasó a ser la primera gran exigencia independentista, se ha visto ratificada un año más en el mismo sentido.

IN! INDE! INDEPENDENCIA!!! era el grito unánime, coreado en 2012 y también en 2013 y 14, diadas de las que he sido testigo presencial activo, al igual que la de este 2016. Nunca se ha escuchado voz alguna reivindicando el ‘federalismo’ ni el ‘derecho a decidir’. Se reclamaba el primero de lo derechos humanos: la libre disposición de un pueblo, su independencia. El ‘federalismo’ era algo obsoleto, del ‘paleolitico’ político. El ‘derecho a decidir’ como un elemento constitutivo de cualquier sociedad que aspirase a ser considerada democrática, pero que no reflejaba en plenitud la reivindicación democrática del pueblo catalán.

La Diada de este año ha presentado un formato descentralizado, más ‘casual’, tal vez más próximo a la ‘terra’, tan importante en la memoria catalana. Esto ha permitido, en mi opinión, un conjunto más espontáneo, con un nivel más discreto de normas a seguir. Que si un color por aquí, que si los unos por un lado, los del otro color a la izquierda… Pero con la misma e intensa reivindicación: la independencia de Cataluña. Desde los micrófonos se hablaba mucho de la “República catalana”, pero el grito unánime era ¡Independencia!

Esta Diada descentralizada tenia retos importantes en dos ciudades relativamente “frías” con relación al ‘proceso’: Lleida y Tarragona. En ambas el envite ha sido superado con éxito. En Tarragona fui testigo de lo que se afirma ha sido la mayor manifestación de su historia. Las “tierras del Ebro” tienen innumerables agravios históricos añadidos a los del conjunto catalán y lo expresaron el domingo pasado en la vieja Tarraco.

No se puede pasar por alto la presencia en las manifestaciones de los representantes de lo que en Cataluña se conoce como “los comunes”, es decir el conjunto de “Catalunya si es pot”, “En Comú Podem” y el mundo que se engloba en torno a la marca “Podemos”. La participación de la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, es su expresión más clara. Su presencia no estaba marcada por un territorio propio, distinto, sino que formaban parte del conjunto y su reivindicación independentista. Podrán, después, decir lo que quieran, pero estaban allí. Es un dato muy positivo de la capacidad de convocatoria e integración del independentismo catalán. De la vía democrática que sigue Cataluña.

¿Que hay dudas, incógnitas, problemas por resolver? Por supuesto. Y de difícil planteamiento y resolución. Las principales proceden de la capacidad de quienes hoy ejercen como “clase política” en Cataluña. Ante muchas de las declaraciones de sus “líderes”, incluso tras una jornada tan memorable, surge la duda sobre la dificultad de superar su mentalidad “autonomista” (todavía políticamente española, sin una desconexión real, con mentalidad de Estado independiente). Planea, ominosa, una visión en la que el objetivo sigue siendo la “hegemonía” autonómica, no la constitución de un Estado libre, independiente.

No obstante, tras jornadas como la de el pasado domingo, prevalece la confianza en un pueblo que no atiende ya los “cantos de sirena” del régimen hispano. Régimen que, por otra parte, poco tiene que ofrecer a “sus” naciones sometidas, como Navarra o Cataluña, que no sea seguir en la sumisión, la decadencia y, a la postre, la extinción.”